Amor
restrictivo, un sentir, que yace oculto, entre almohadas y sombrío. Y tan sólo
una palabra, que torna lo desconocido en luz, y la verdad se vuelve legible. Y
ahora, la horrible sentencia, que a mis manos llega; tu no me amas. Una lágrima,
transforma mi alma en pedrusco. Y la verdad ya no importa, ni más nada, una
realidad que se torna verdadera, y quisiera tan sólo escapar de esta mi vida.
Ya no hay salida a este laberinto tenebroso. Sólo me queda llorar en las
cenizas de lo que un día creí, y ya no será….
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